El Ternasco de Aragón no solamente es sabor. También posee unas características nutricionales que lo convierten en un producto tremendamente saludable y muy recomendable tanto para las personas en edad adulta como para los niños. Según estudios nutricionales, se puede afirmar que la grasa del Ternasco de Aragón presenta niveles de colesterol mucho más bajos que los encontrados en otras razas ovinas, tanto nacionales (como la merina o la manchega), como extranjeras (por ejemplo, las inglesas, británicas y neozelandesas).
El motivo es que en estas razas de ganado el proceso de engrasado es mucho más tardío que en el Ternasco de Aragón y esto puede comprobarse visualmente: la carne es más oscura, desprende un olor más fuerte y tiene una textura más fuerte.
Se pueden aportar datos concretos que respaldan la tesis de la gran salubridad del Ternasco de Aragón. Son los siguientes: su colesterol es únicamente de 25,63 milígramos por cada 100 gramos, y los ácidos grasos saturados representan un porcentaje del 49,87, mientras que los no saturados son del 50,13%. En la comparativa con otras razas descubrimos que en la Merina el colesterol es de 62,44 miligramos por cada cien gramos, en la Británica es de 62,44 y en la Lacaune es de 84,57, todos ellos valores mucho más altos que los del Ternasco de Aragón.
Por todo ello, el Ternasco de Aragón es una gran opción para mantener una dieta equilibrada y preservar nuestra salud. La calidad de la grasa de las diversas zonas de la carne (sobre todo en las chuletas de la paletilla, las de la pierna, y, especialmente, en las de las costillas), hacen del ternasco un producto altamente recomendado por nutricionistas y médicos.
Además, el porcentaje proteico de esta carne es muy elevado, algo que se debe tener muy en cuenta en la alimentación de los niños y de los deportistas, que eligen frecuentemente el Ternasco de Aragón como energía extra en la puesta a punto de su cuerpo para las competiciones atléticas.
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