A menuda surge una gran confusión entre qué es un ternasco y qué un lechazo y cuál es la diferencia entre ambos. Diremos en primer lugar, como contexto, que ambos pertenecen al cordero, que no es otra cosa que la cría de la oveja. Ahora bien, la gran diferencia entre ambos se encuentra en la edad y, por tanto, tiene que ver con la alimentación y con el peso (obviando la casquería, nos importa lo que pesa lo comestible, abierto en canal).
-El lechazo, también llamado ‘cordero lechal’ es una cría de oveja que sólo se ha alimentado a lo largo de su corta vida a base de leche. Su peso oscila entre los 9 y los 12 kilos y no tiene más de 35 días. Su denominación más típica es la de Castilla (destacando el llamado lechazo churro). Presenta un 9 por ciento de grasa, su carne es muy fina y jugosa y presenta un color suave. Su aporte nutricional está muy por debajo del que proporciona el Ternasco de Aragón y su precio es, habitualmente y en las piezas más demandadas, más alto.
-El ternasco, por su parte, es un cordero recental de unos 10 o 12 kilos que ha vivido entre 10 y 100 días. El de Aragón es la primera carne con Denominación de Origen gracias a su importante valor nutricional y al carácter sabroso y jugoso de su carne. Tiene un porcentaje de grasa mucho menor que el lechazo y aumenta la proporción del músculo en un grado mucho mayor que éste. Su carne es mucho más gruesa y el color más oscuro. Los cocineros expertos recomiendan esta carne por encima de la del lechazo, sobre todo para los asados.
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